Día 21: Practica afirmaciones positivas

Jackie y yo nos conocimos cuando comencé a trabajar en Google en el 2015, no trabajábamos juntas, pero ella siempre fue muy pana (simpática) y tenía la cachorrita más cuchi del universo (¡Winnie, ya no es chiquita, pero aún viene a la oficina!) . Jackie es una de esas personas que es genial sin esfuerzo, es muy práctica, súper divertida y las cosas se sienten divertidas cuando ella está involucrada. Como dije, nunca trabajamos juntas ni compartimos mucho más allá de que yo visitara a Winnie en su escritorio y ella era la persona súper pana que siempre ha sido. 

Cuando regresé de la licencia de maternidad de Olivia, Jackie siempre fue amable y full considerada y, aunque todavía no éramos amigas cercanas, siempre estábamos felices de estar juntas y me dio (y da) excelentes consejos de trabajo. Cuando regresé de la licencia de Eloise a principios de 2019, Jackie estaba a punto de irse porque ya casi nacía su  increíble hijo Theo. Yo no estaba feliz en mi posición de trabajo y después de una cadena de eventos muy afortunados, terminé cubriendo el rol de Jackie y luego me quedé como parte de ese equipo. Tres años después, finalmente hemos estado trabajando juntas (nos sentamos al lado) y ahora finalmente nos hemos convertido en amigas de verdad. Fue esta amistad la que me dio el privilegio de conocer las historias de Jackie y la razón por la que puedo compartirlas con ustedes, en sus propias palabras:

“Tuve varios problemas de salud relativamente comunes desde mis 20 años (quistes ováricos, células precancerosas en el cuello uterino) que me hicieron, como a muchas mujeres, preguntarme si tendría dificultades para quedar embarazada. Pero el destino me sorprendió, y cuando Harry y yo decidimos tener hijos, Theo fue concebido en el primer intento y también tuve un embarazo bastante tranquilo. Cuando decidimos que nos gustaría intentarlo otra vez,, sabía que podría no ser tan fácil, pero no tenía idea del difícil camino que teníamos por delante. A los 3 meses de empezar a tratar, estaba embarazada, justo antes del segundo cumpleaños de Theo. Al principio, tuve una sensación muy clara y extraña de que algo no estaba bien, y cuando mis síntomas desaparecieron a las 8 semanas, realmente sentí que algo andaba mal. A todas las personas a las que les dije, incluida mi partera, me aseguraron que todo estaba bien y que no tenía motivos para preocuparme, pero luego, alrededor de las 11 semanas, me hicieron una ecografía y no había latidos. el bebé había dejado de crecer alrededor de las 8 semanas. Estaba devastada y tuve que someterme a un procedimiento de AMEU para controlar el aborto espontáneo. Seis semanas después, cuando mi cuerpo volvió a la normalidad, comenzamos a intentarlo nuevamente y otra vez, quedamos embarazados. Volví a abortar en una semana. Llamé al médico de cabecera y me aseguraron que 2 abortos espontáneos todavía se consideran "normales" y me dijeron que siguiera intentándolo. Así lo hicimos, y unos meses más tarde quedé embarazada de nuevo. Esta vez me hice una ecografía a las 8 semanas y, una vez más, no había un embarazo viable. Tuve que volver a tener el procedimiento de AMEU. A pesar de que sabía qué esperar del procedimiento, todo fue más difícil en ese momento, e incluso más doloroso físicamente. Ese año había pasado más de 20 semanas embarazada. El constante empezar y terminar sin parar, lo hicieron todo más difícil. Procedí a hacerme algunos análisis de sangre a través del NHS que resultaron normales, así que fui a una clínica privada y me hice pruebas más extensas. Descubrieron que tenía altos niveles de células NK y también riesgo de trombofilia, así que comencé un tratamiento. El NHS, luego de 12 semanas, me llamaron para decir que el tejido del embarazo que analizaron de mi tercer aborto tenía anomalías cromosómicas, lo que explica por qué el embarazo no continuó. A pesar de que los drs dijeron que el tejido solo explica el tercer aborto espontáneo y que los resultados de la prueba no son definitivamente la razón por la que tuve un aborto espontáneo las otras veces, me siento afortunada de haber tenido algo de claridad, ya que muchas personas nunca saben qué o por qué algo pasó. También tuve una doctora maravillosa, que fue muy positiva y me dijo cosas como: "CUANDO tengas otro bebé, porque lo tendrás...". Me di cuenta de cuán poderosas pueden ser las afirmaciones y el pensamiento positivo. 5 meses después, volví a quedar embarazada, y esta vez he llegado a las 22 semanas hasta ahora. Debido a la trombofilia, tengo que inyectarme medicamentos en el estómago todos los días del embarazo hasta que dé a luz, pero en mi opinión ese es un precio muy pequeño a pagar por lo que ahora me doy cuenta tan claramente que es un milagro para cualquier familia: tener un embarazo y un bebé saludables”.
Quiero recalcar algo sobre lo que he escrito mucho antes, después de compartir su historia, Jackie me escribió "No quiero sonar como si siquiera esto se acerca remotamente a perder un bebé real, porque no es así, pero fue mi experiencia, en caso de que pueda ayudar a alguien xx” Como le dije a ella y a muchos otras amigas: No se hagan esto. Como humanos, debemos comenzar a validar nuestros sentimientos, emociones y experiencias y dejar de minimizarlos por la realidad de otra persona. Todos pasamos por malos momentos y nuestra realidad es verdaderamente aquella en la que necesitamos enfocarnos y necesitamos atravesarla respetándonos y honrándonos a nosotros mismos. Jackie se enamoró en el momento en que supo que estaba embarazada, comenzó a soñar despierta allí mismo y todas esas esperanzas y sueños se derrumbaron cada vez que perdía a un bebé muy querido y deseado. Ninguno de esos sentimientos se vuelve menos duro independientemente de lo que le suceda a otra persona. Amémonos y respetémonos como lo hacemos con las personas que amamos.