Día 26: Cómete una papa o alguna comida que abrace tu alma

Tarryn y yo nos conocimos en septiembre del 2017, en una reunión de apoyo de embarazo después de pérdida de Sands. Yo estaba embarazada de Eloise y ella estaba tratando de pensar cómo podría ser un embarazo después de perder a su hijo Robin. Desde esa primera reunión, me asombró Tarryn, habló con tanta confianza y franqueza sobre su hijo y por todo lo que había pasado. Tenía opiniones y quería hablar con gente que había estado allí. Nos hicimos amigas de inmediato. Además, las dos somos de "países del tercer mundo", ella es de Sudáfrica y yo soy de Venezuela. Siempre he dicho que si hubiera estado en Venezuela cuando estaba embarazada de Olivia, ella estuviese aquí. No solo porque hubiera podido pagar la mejor atención médica privada, sino también porque los médicos son muy cautelosos, tienes ecografías constantes para medir al bebé (¡en lugar de la barriga!), Tienes una relación real con tu médico. donde saben tu nombre, conocen a tu familia y tienes su número de teléfono (no uno donde eres un número de hospital y llegas a un lugar donde tienen tanto que te caes por las grietas y los bebés se mueren). 

Durante mi embarazo con Olivia tuve parteras épicas y les decía todo el tiempo lo extraño que el bebé solo fue medido dos veces (sí, ¡loco!) pero mi barriga se midió en cada visita. También creo que si ese equipo me hubiera visto en el hospital, las cosas podrían quizáaas haber sido diferentes. Tarryn sintió lo mismo por Robin y cómo podrían haber sido las cosas si ella hubiera regresado a casa. El último mensaje que me envió fue hace dos semanas, con la historia de Robin, contada por su épica mamá:

“Recuerdo tan vívidamente la mañana en que descubrí que estaba embarazada por primera vez. Estaba caminando por Putney Hill y pensé ¿por qué tengo tantas náuseas? y no me había venido la regla. Ya va. ¡¡¿¿Podría ser??!! Pasaron una hora o dos y me conseguí con mi esposo cerca del trabajo en el pequeño jardín afuera de One New Change en la ciudad para llamar a nuestras familias de inmediato y decirles "¡vas a ser abuela, tío abuelo, etc.!" Estábamos tan emocionados. Recuerdo esas primeras semanas muriéndome de hambre por las mañanas, a pesar de las náuseas y las arcadas, ¡¿desesperada por papas con ajo?! ¡Sí, cualquier cosa sabrosa y rica para el desayuno sería suficiente! Iba al Marks & Spencer todas las mañanas antes del trabajo para comprar uno o dos sándwiches de salchicha jaja, y me sentía muy emocionada. Realmente todo parecía estar bien en nuestro primer trimestre, pero en la víspera de Año Nuevo, a las 14 semanas de embarazo, las cosas comenzaron a cambiar. Desafortunadamente, cuando llegamos a las 19 semanas de embarazo, después de semanas de ir y venir del hospital con sangrado continuo, sufrí mi segunda hemorragia anteparto. Unos días después, debido a más complicaciones, incluyendo la ruptura de mi fuente, nos dijeron que tenía que dar a luz si quería salvar mi vida, pero que nuestro bebé sería demasiado pequeño para sobrevivir. Despedirme del bebé que felizmente pateaba mi barriga esa tarde fue uno de los días más oscuros de mi vida. Nuestro dulce bebé, Robin, nació el 5 de febrero de 2017. Recuerdo que la partera dijo: "Era perfecto". —— Robin me hizo madre. Su nacimiento y muerte me rompieron, pero también me permitieron reconstruirme y ahora respiro más profundamente y veo más color en cada hoja y cada flor y estoy muy agradecida por lo que tengo en este tiempo que tengo en la tierra. El latido del corazón de Robin cambió quién era yo para siempre, y extrañaré y amaré ese latido del corazón para siempre. — Una de las formas en que eventualmente comencé a sanar mi corazón después de perder a Robin fue uniéndome a las reuniones del grupo SANDS con otros padres que han perdido a sus bebés. Y es este grupo de mujeres, y todos nuestros bebés ángeles, quienes me salvaron y me hicieron sentir normal en un momento anormal. Esas amistades aún continúan ahora, cinco años después, a medida que nuestras vidas han avanzado, la angustia del dolor se ha vuelto más suave con el tiempo, pero estamos conectadas en el corazón. Siempre estaremos en la vida de las otras y celebraremos a los hijos de las demás, a todos nuestros hijos.”

Le envié un mensaje a Tarryn hoy para asegurarme de que estaba contenta con lo que quería publicar y agregó algo que creo que es muy importante compartir hoy: "Lo único que agregaría sería que desde la primera vez que nos conocimos me di cuenta de que nada podría haber salvado a Robin. Pero las decisiones que tomamos en ese momento me salvaron la vida a mi”. No quiero hacer esto político, pero esto es más que eso, se trata de salvar vidas y quitarles una decisión ENORME a las mujeres que están embarazadas. Tarryn y yo hablamos un poco más: 

M: Dime lo que piensas, quiero ser diplomática pero no puedo dejar de pensar qué demencia es lo que está pasando en Estados Unidos en este momento. 

T: ¡¡¡Exactamente!!! Si no me hubieran inducido, muy probablemente podría haber muerto... Me siento tan enojada y confundida con el mundo... Pero esto en los Estados Unidos me ha pegado mucho... No sé qué hubiera pasado si hubiesen dejado que me diera una hemorragia y se volviera sepsis…. Y me pone furiosa que le puedan hacer eso con la medicina moderna a alguien en los EE. UU. Le digo a la gente que si hubiera vivido en una aldea rural en África podría haber muerto, resulta que lo mismo podría haber ocurrido en los EE. UU. ahora…

He compartido muchas historias en lo que va de este mes, y todas tienen una cosa en común: no pasa un día en el que no queramos que nuestros hijos estuvieran aquí. Todas extrañamos a nuestros bebés y lloramos por las vidas que deberían haber sido. Sin embargo, algunas de nosotras tuvimos que tomar decisiones. Decisiones imposibles que a ningún humano se le debería pedir que haga, algunas por sus hijos y pensando en la vida (o falta de ella) que habrían tenido y otras porque necesitaban salvar su propia vida. Sí, es una elección imposible que te persigue incluso cuando tu vida está en riesgo, pero quitarte esa opción es impensable y aún más cruel. Esa es una elección que sólo pueden hacer las personas que están embarazadas. Le mando un gran abrazo a cada persona que tiene que hacer este tipo de elección y a aquellas cuyas elecciones se están tomando por ellas.