Día 30: Haz una meditación de agradecimiento. Trata de mantener la perspectiva

Mi amiga Sonali es una humana muy centrada, siento que siempre puede ver las cosas desde una perspectiva diferente a la suya. Sé que ella nunca estará de acuerdo con esto, pero Sona es totalmente abnegada, siempre trata de hacer un esfuerzo adicional por los demás, especialmente por su familia. Estoy publicando esto un poco tarde porque Sonali me mandó un mensaje de voz con su historia (¡que me encantó!) y eso significaba escuchar su mensaje muchas veces para poder realmente escuchar, transcribir todo y hacer unas cuantas pausas para llorar con su voz. Sonali es más valiente de lo que jamás admitiría y me ha ayudado en algunos de mis peores momentos simplemente estando ahí para mí, de una manera increíble, incluso si es solo una palabra en un mensaje de texto. Esta es la historia de Rahul, contada por su mamá:

“Mis pensamientos sobre esto son bastante confusos. Mi embarazo con Rahul en general fue muy, muy feliz. Me sentí increíblemente bendecida de quedar embarazada tan fácilmente y tan rápido. Sentí que mi cuerpo sabía exactamente qué hacer. Tuve náuseas muy malas y todo al principio, pero pensé que era mi cuerpo haciendo lo que tenía que hacer. Siempre tuve este sentimiento general de felicidad e inmensa gratitud, sintiéndome bendecida y muy afortunada. Tuve una sensación intuitiva de que el primer embarazo sería muy fácil, no sabía qué me depararían futuros embarazos, pero siempre pensé que la primera vez sería muy sencillo y así fue exactamente como sucedió. Todos las ecografías estaban bien, luego después de la ecografía de la semana 20, en un momento sentí que se estaba moviendo menos, así que fui al hospital, nos chequearon y todo estaba bien estaba bien. Siempre lo atribuyeron a que la placenta era posterior, creo que fui un par de veces más y siempre que me chequearon y todo estaba bien.

Todo estaba bien y de repente la barriga me creció muy rápido. Me empezaron unos dolores de espalda muy fuertes, y un día, casi a las 38 semanas, estaba en el metro camino a casa del trabajo, sentí un dolor de espalda inaguantable. Recuerdo que pensé que tenía que llegar al hospital para que me revisaran y estaba convencida de que era una infección renal o algo así. Llegué y era obvio que tenía mucho dolor, no podía contener las lágrimas y algo andaba mal. Me evaluaron y revisaron a Rahul y todo parecía estar bien. Tenía mucho líquido amniótico, y ahora sé que probablemente deberían haberme dicho que guardara reposo en cama, porque la cantidad que tenía podría haber provocado el parto en cualquier momento. Me admitieron esa noche porque el dolor de espalda era muy fuerte y me iban a hacer un estudio de los riñones o lo que sea solo para ver qué estaba pasando. En la mañana, cuando vino el doctor a hacer las rondas, estaba arrodillada en la cama porque el dolor en la espalda era muy fuerte. Minutos después, un portero vino a buscarme con una silla de ruedas y dijo que querían hacerle una ecografía al bebé. ¡¿Estaba tan confundida, le habían hecho una el día anterior y se suponía que esto era para revisar mi espalda?!

Entonces bajé y la doctora estaba allí, y fue entonces cuando todo comenzó a desmoronarse. La doctora llamó a su jefe, yo llamé a Harry y me dijeron que creían que el bebé tiene una hernia diafragmática, lo que significa que es muy probable que los pulmones del bebé no se hayan desarrollado correctamente y que la tasa de supervivencia del 30 % en esos casos; pero había que ver a que llegara el bebé. Obviamente todo se derrumbó, no podía entender ni creer que a las 38 semanas de embarazo nos estuvieran diciendo esto. 

A pesar de que la inducción comenzó el martes, no había pasado nada para el viernes, por lo que dijeron que me iban a romper fuente para intentar avanzar. Todo el tiempo pensé en el 30 % de posibilidades que nos habían dado, estaba pensando que todo iba a estar bien, va a estar bien, no hay forma de que este bebé me deje y voy a tomar el 30 % . Al final, como a medianoche nos dijeron que iban a tener que hacer una cesárea de emergencia. La sala estaba llena de médicos neonatales que esperaban por Rahul y, obviamente, el equipo que me iba a hacer la cesárea. Nos dijeron que si lograba salir de la sala de operaciones tenía una oportunidad, así que pusimos toda la voluntad y la fuerza que teníamos en el universo para que saliera de esa habitación y eso era todo lo que yo estaba viendo. 

Cuando Rahul salió, era perfecto, solo era ahh… una cabeza llena de pelo oscuro y rizado con las extremidades más hermosas, parecía leche! Él era simplemente perfecto. Pude ver que los médicos de la UCIN (Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales) realmente estaban trabajando duro con él, lo cual fue aterrador, pero en ese momento la concentración más fuerte era para que lograra salir de la habitación. Los médicos fueron muy amables y me pusieron su camilla al lado mío mientras se reorganizaban para que pudiera verlo un poco. Luego, Harry siguió a Rahul a la unidad de UCIN.

Mientras salían los médicos, me dijeron: no tiene hernia diafragmática pero está muy mal y no sabemos qué le pasa. Las próximas 24 horas van a ser críticas, y siguieron los próximos 12 días. Algunas de las conversaciones que tuvimos que tener y las decisiones que necesitábamos tomar estaban más allá de mi capacidad e intelecto y de los ámbitos de todo lo que alguna vez tuve que hacer. Y era tan perfecto que era demasiado grande para las camas de la UCIN. Finalmente, el día 12 estaba demasiado cansado y había sido revivido demasiadas veces. Y así, en ese duodécimo día lo cargué por primera vez, para que pudiera morir en mis brazos... lo cual es... no puedo creer que sobreviví a eso para ser honesta. Simplemente es lo más horrible, la primera vez que lo cargué, fue para que pudiera morir. 

Seis años más tarde no hemos dejado de pensar en cómo sería él, si hicimos las cosas bien, si lo dejamos sufrir demasiado. No sé qué decir aparte de que se siente como si un tren de carga se hubiera estrellado contra ti y de alguna manera el mundo sigue girando. Sientes que no sobrevivirás a la tristeza y el resto de tu vida realmente no quieres. 

Tuve el embarazo más feliz y el niño más perfecto e hice las cosas más inimaginables que una madre tendría que hacer, todavía no puedo creer que hayamos sobrevivido a eso. 

Dicen que existen varias etapas en el duelo, pero todavía estoy atascada en la etapa que trata sobre él y su pérdida. Aunque tal vez, tal vez esté en un lugar mucho más hermoso que donde estamos nosotros y tenga una vida mucho mejor de la que yo podría haberle dado; pero no puedo estar segura de nada de eso y de todos modos estoy divagando ahora. Supongo que la razón por la que hablo de hacer una meditación de gratitud es porque él es mi mayor bendición y es perfecto y siempre estaré agradecida por él”.