Día 13: Llama a un familiar y recuérdales que los amas

Mi amiga Amelia es otra de las conexiones que conseguí trabajando remotamente, nos conocimos en septiembre de 2019, cuando ella se unió a mi equipo y 5 minutos después yo me fui de licencia con Apolline. Amelia estaba secretamente (y aterradoramente) embarazada en ese momento y cuando le contó a su manager sobre su ansiedad por este embarazo, le dijeron “habla con Mariana”. Ese gerente no dio mucha explicación ni claridad a sus comentarios, pero Amelia pensó: ¿ok? Y luego me acerqué a su escritorio (ella dice, yo no me acuerdo), me presenté y me despedí mientras me iba de licencia. Pasó un año y medio antes de que tuviéramos esa conversación, ya que ella también se fue de licencia y luego hice una rotación en un equipo diferente. 

Amelia y yo ahora tenemos conversaciones semanales (¡o hasta diarias!) de lo que sea, y estoy muy contenta de que ella esté en mi vida. A veces nos ponemos al día con el trabajo y terminamos compartiendo mucha más información de la que la gente normal esperaría tener en un entorno de trabajo. Pero esa es la cosa con Amelia y yo, estábamos destinadas a conocernos y creo que somos un lugar seguro la una para la otra. Como yo, Amelia está lejos de su familia y también está obsesionada con la comida (todos deberían estarlo). También ve la inteligencia emocional como la más importante y siempre está dispuesta a ayudar a los demás, aunque también tenga que ir y aventurarse en busca de respuestas. Ojalá Amelia pudiera verse a sí misma como yo la veo (¡pero esa es otra historia!). 

Hoy también van a leer su historia de primera mano, ya que Amelia escribió lo que quería compartir: 

Cuando quedé embarazada por primera vez, ignoraba por completo la posibilidad de un aborto espontáneo. Entonces, días antes de mi scan de 12 semanas, me tomó completamente por sorpresa cuando comencé a tener calambres durante una reunión en el trabajo. Corrí al baño y pasé los momentos más largos y horribles de mi vida, estaba teniendo contracciones “leves” y sangrado. Recuerdo sostener los restos fetales en papel higiénico y preguntarme qué hacer con él: ¿debería llevármelo a casa y quedarme con mi bebé? ¿O debería tirarlo por la poceta? Lo boté y limpié el cubículo del baño mientras contenía mis lágrimas. Esta fue la primera vez que realmente entendí la dura realidad de la estadística de 'una de cada cuatro mujeres va a perder un bebé’.

Al año siguiente, estábamos felices de estar embarazados nuevamente. Ligeramente cauteloso esta vez, obtuve un scan temprano para verificar que todo estuviese bien. Tuve cuidado con lo que comía y cómo hacía ejercicio. Entramos en nuestro scan de 12 semanas sintiéndonos positivos y emocionados. Lo que recuerdo es el silencio de la persona haciendo el eco mientras movía el escáner y mi esposo apretando mi mano con mucha fuerza. Fui la última en darme cuenta de que no había latidos en el monitor. Habíamos perdido otro bebé. Debido a que esta vez tuvo que ser extraído quirúrgicamente, los médicos informaron que se trataba de un embarazo molar. Este es un problema con el óvulo fertilizado que las mujeres asiáticas tienen más riesgo. Aprendí mucho durante mis dos abortos espontáneos: mucho sobre el apoyo médico del NHS (la salud pública en Inglaterra), la evolución biológica de un bebé durante el embarazo, pero sobre todo sobre lo fuerte que soy y cuánto deseaba ser mamá. 

Les informo que un par de años después de su embarazo molar, Amelia tuvo la suerte de poder traer un bebé a casa en marzo de 2020. Algunas personas pensarán que ya consiguió su final feliz y, claro que ella es MUY feliz de tener un hijo sano, cuando muchas personas nunca tienen ese privilegio. Pero déjenme decirles algo, ninguna de esas pérdidas está mágicamente bien después de ganarte la lotería mayor de traer un bebé a casa. La mitad del tiempo, todavía no puedes creer que esos humanos estén aquí y, a veces, incluso te preguntas cómo tuviste tanta suerte. En mi caso, yo extraño a Olivia todos los días de mi vida, y sé que Amelia sueña con que sus dos primeros bebés estuviesen en casa con ella. Sí, el dolor ciertamente se siente más fácil de manejar (al menos para mí), pero por favor nunca asuman (o digan en voz alta!) que la llegada de los hermanos hace que el mundo y nuestras experiencias estén bien.

La actividad de Amelia es en realidad una versión de otra idea. La conversación fue así: 

A: Estaba pensando en 'hacer dumplings’ como mi actividad. No sé si es demasiado difícil. Es una actividad bastante terapéutica que haces con la familia y mi hermana y yo la hicimos virtualmente durante el Covid - No sé cómo traducir dumplings y no, no es ni albóndigas ni empanadas!

M: 100% demasiado difícil 🤣🤣🤣 Cuéntame más por qué pensaste en eso y vamos a darle un giro 

A: Ok ok. ¿Qué tal llamar a un familiar para decirle que los amas?

M: Si eso es lo que te ayuda a superar los momentos difíciles, ¡entonces me encanta! Cualquier recuerdo feliz que tuvieras de esos tiempos o lo que te ayudó a levantarte de la cama. 

A: Bueno, es una adaptación de las dumplings. Porque lo que realmente me encantaba era charlar con mi hermana, sabiendo que estábamos ahí la una para la otra. 

No quiero limitar las habilidades de nadie, ¡así que adelante y aventúrate a hacer dumplings! Una cosa sí, todos los humanos quieren sentirse apreciados y saber que importan. Así que ve y llama a tu familia, ya sea en la que naciste o la que creaste para ti, y diles que los amas. Gracias por esto y tu amistad Amelia, te quiero mucho!